Los bienes comunes y su impacto en la difusión del conocimiento

1) Los commons o bienes libres refieren a todos los bienes que son utilizados o creados por acción de la comunidad. Desde esta perspectiva se plantea una visión diferente de la riqueza y su modo de producción; contrapuesto a la versión de la economía neoliberal. Aquí la riqueza no se mide en cantidad de dinero producido sino en bienestar general de la sociedad.
La denominación de bienes comunes permite la gestión democrática y participativa en el uso de los recursos de diferente índole; ya sean estos naturales, o producto de la creación humana.
Estos bienes comunes comparten el rasgo de ser reconocidos como parte de una sociedad; constituyentes de su identidad. Los bienes se reconocen como “lo nuestro”.
El grado de identificación es clave ya que este lleva a una relación directa de la comunidad con el bien ya sea mediante la creación del mismo o del reconocimiento de este como parte constituyente de su vida y su trama de relaciones . La identificación del grupo social respecto al bien es un aspecto que se pasa por alto desde las posturas que afirman que la los bienes comunes acaban por perderse debido a una utilización abusiva. Esta postura se denomina la tragedia de los commons y se enfoca principalmente en los casos donde los bienes no son cuidados por “no pertenecer a nadie”.
El reconocimiento de los bienes comunes no siempre es sencillo ya que suelen darse por obvios, lo que Jonathan Rowe llama “economía escondida – están en todas partes – pero pocas veces se ven”. La visibilidad de los bienes es notoria en casos como el de la privatizaciones de recursos naturales , creando movimientos defensivos para la conservación de estos. (ej la coordinadora del agua).
También pueden darse en situaciones de cercamientos legales sobre campos anteriormente libres como los intentos por patentar conocimiento genético o informático. Un tercer caso es el agotamientos de recursos que parecían infinitos como la atmósfera a partir de los cambios generados por el calentamiento global.
En este sentido la idea de bienes libres es dinámica y se construye mediante luchas sociales. “La noción commons, por lo tanto, describe una relación de co-propiedad que, a la vez, implica una relación de corresponsabilidad y de co-beneficio compartido. Esta relación no existe “en sí”, es decir, no es inherente al recurso o al bien mismo, sino es una convención social, es derecho, formal o informal” HELFRICH; HAAS
Desde la postura capitalista se presenta la idea de la tragedia de los “bienes comunes” entendida como la ausencia de motivos para preservar algo que no tiene un dueño reconocible. Desde esta visión se confunde la idea de propiedad privada con el sentido de pertenencia, mucho más amplio que la simple posesión material de un recurso.
CÓDIGO SOFTWARE: DE LA TORRE DE MARFIL A LA MESA CIUDADANA
FEDERICO HEINZ
El control y el desarrollo de los programas informáticos en la actualidad es uno de los campos de acción en la conservación de los commons.
El movimiento por el software libre surge como respuesta tendencia de las grandes empresas informáticas crear patentes restrictivas sobre los programas desarrollados. De este modo se genera la dependencia del usuario y se limita el desarrollo del producto ya que este solo es posible dentro de las grandes empresas.
La percepción social acerca de la importancia del software como bien común es limitada dado que la mayoría de los usuarios no tiene interés en desarrollar programas, ni conoce la forma de hacerlo. La falta de interés es el resultado de las políticas de las grandes empresas de software que han creado la idea de que la programación solo puede ser realizada en sus ámbitos.
A diferencia de lo que ocurre con los recursos naturales como bienes comunes donde existe una necesidad de regular su uso por el potencial agotamiento de los mismos; en el conocimiento el límite es creado artificialmente por las companías que buscan mantener su posición hegemónica.
Uno de los riesgos de la concentración de la programación en pocas empresas es que estas pueden ejercer el control sobre las actividades de los usuarios o utilizar información privada sin autorización de los mismos. Los mayores intereses económicos y los gobiernos podrían fácilmente acceder a información de los usuarios o controlar el accesos a programas y contenidos que les sean desfavorables. Lo planteado de hecho ya ocurre; empresas como Apple o Microsoft lanzan productos que solo pueden ser leídos en sus sistemas operativos y la inicitiva Trusted Computing1 tiende a un aumento de la injerencia en este sentido.
Esto se debe al papel que cumplen los sistemas informáticos en una sociedad moderna, “quien controla el software controla la comunicación social. Controla quién puede comunicarse con quién, cuándo y para decir qué” HEINZ (2008:94) Uno de los casos donde esto se comprueba es la negativa de las empresas Visa y Mastercard de recibir aportes destinados a Wikileaks permitiendo en cambio donaciones a organizaciones como Christian Identity Radio; un culto con clara inspiración neo nazi2
Para el crecimiento de las alternativas a los programas privativos deben enfrentarse dos cuestiones fundamentales. Por un lado la inercia social al uso de estos programas3 y en segundo término la de iniciar la creación desde cero por no contar con acceso a los desarrollos patentados.
Los nuevos descubrimientos logrados por las comunidades de software libre se presentan bajo licencia “copyleft” lo que implica la posibilidad de copiar, distribuir y modificar los programas.
El modo de producción es opuesto al de las empresas monopólicas; “Aquí la cooperación no se da mediante estímulos materiales o estructuras de mando verticales. Más bien, los procesos de producción secuenciales y colectivos, le proporcionan al individuo espacios de libertad para el intercambio y la creatividad. El reconocimiento se proporciona no solamente mediante incentivos materiales, sino también mediante la pertenencia y la reputación.” HELFRICH (208:314)
La misma estructura es la base de los sitios de intercambio de archivos en internet que pueden utilizar sistemas de puntos (ej Taringa) para reconocer a los usuarios que hayan realizado mayores aportes. Mas allá de los problemas generados en el plano de los derechos de autor estos espacios de organización horizontal juegan un papel fundamental en la difusión de contenidos culturales de todo tipo.

1 Los miembros fundadores fueron los fabricantes de chips AMD, Infineon e Intel, los fabricantes de hardware AMD, Hewlett- Packard, IBM y Sun Microsystems y el fabricante de software Microsoft. La página Web del Trusted Computing Group muestra que hoy existen más de 140 empresas afiliadas. (THALHEIM , 250)
2  Puede accederse a la prueba mostrada por wikileaks en
http://img443.imageshack.us/img44/3649/visadonations.jpg
3  Esta inercia en ocasiones es reforzada desde organismos oficiales, basta con intentar averiguar sobre las posibilidades de conectar internet a equipos con software libre en ANTEL

Basado en
HELFRICH, HAAS (2008); “Genes, bytes y emisiones: Bienes comunes y ciudadanía” disponible online: www.bienescomunes.org/archivo/bc-boell.pdf

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