El alegre cumplimiento de las pesadillas del siglo pasado.

«1984»(Gran Hermano) de Orwel, donde un gobierno totalitario dominaba la vida de los súbditos y The Truman Show donde la vida de un individuo es transformada en espectáculo televisivo desde su nacimiento sin conocimiento del mismo, son ejemplos de los temores del avance de la vigilancia sobre el espacio del individuo. Varias de pesadillas planteadas por estas dos obras son hoy parte de la mas corriente realidad.
La gran mayoría de las ciudades medianamente importantes para la economía tienen sistema de cámaras que cubre la mayor cantidad de ángulos posibles y de las que el ciudadano desconoce la ubicación. Muchos aún recordamos la novedad del momento en que se instalaban los primeros circuitos cerrados en los grandes supermercados y tiendas de electrodomésticos.
Si bien ese es un indicador de la necesidad de rearmar la idea de privacidad, al menos para el espacio publico, la contribución de los sistemas informáticos implica un cambio radical para el espacio tradicionalmente individual. Hoy en día todo al mundo esta bajo el ojo de los satélites y los sistemas de  posicionamiento global (gps desde ahora). Basta con ver el nivel de definición de la versión gratuita y de difusión popular del sistema google earth para tener una idea.
Pero la capacidad potencial de la empresas para incidir sobre la privicidad mediante satélites no termina ahi. El gps permite que la companía telefónica estatal de Uruguay (solo por citar un ejemplo) brinde un servicio de localización de cualquier usuario que acepte utilizar la aplicación en su celular. Esto es de gran utilidad para padres que quieran controlar el comportamiento de sus hijos menores, podría servir a comercios para realizar ofertas por el celular a potenciales compradores (otra clase de spam) y regímenes de control político para localizar a delincuentes o simples adversarios políticos.
Esta ultima función es llevada casi al limite en la ciudad china de Shenzhen 20.000 cámaras controlaran las vida de los 12.000.000 de habitantes. Se piensa poner el sistema en practica en todas las ciudades del país Nota New York Times (Esp).
El control del individuo no se restringe a gobiernos como el chino o el iraní. Varias democracias occidentales como Estados Unidos (ver patriot act), Colombia o Argentina, por solo nombrar algunos, han tenido recientes escándalos vinculados a escuchas y registros de mails ilegales, por parte de organismos de inteligencia estatales.
Mas allá del papel que juegue el Estado podemos observar paisajes fuertemente controlados como los barrios privados; que en ocasiones dispones de cámaras para registrar todos los ingresos y salidas de los ocupantes, así como sus movimientos dentro de los espacios comunes del recinto. Este fenómeno es descripto como privatopia por el norteamericano Davis.
De todas formas hay una exposición creciente y consentida de la privacidad a través de las redes sociales como Facebook donde alguno usuarios narran todos los acontecimientos de su vida por mínimos o triviales que sean. No son pocas las empresas que comienzan a basar la elección de su personal en perfiles de Facebook subidos por los usuarios. Sobre esta empresa es necesario aclarar que en los términos del contrato previo a la obtención de una cuenta especifica que es propietaria del contenido que el usuario sube.En países como Canada esta clausula no es valida por ser inconstitucional.

La organización Privacy Internacional ha realizado un estudio en el cual clasifica a los países según el grado de vigilancia que ejercen sobre los ciudadanos.Los tonos verdes marcan estándares de protección de la privacidad acordes a los derechos humanos mientras que los negros representan a los Estados con practicas de vigilancia endémicas.

Teniendo en cuenta esta clasificación el artista rumano Raul Madru realizo esta animación en la que los iconos representan distintos tipos de ataques a la privicidad individual y su tamaño es proporcional al la frecuencia de la practica en cada Estado.

The Surveillance Map of the World from Raul Mandru on Vimeo.

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