La cumbre de Copenaghe

Desde hace unos años se ha instalado una postura fatalista respecto al cambio climático y la capacidad de respuesta de nuestras sociedades respecto al mismo. El punto culminante es sin duda la película una verdad incomoda que deja la sensación de que se va directamente al caos y que no hay nada por hacer. La idea no es diferente a la crecimos escuchando en la escuela cada 5 de junio (el medio ambiente desaparecía el resto del año) de que todos somos responsables de destruir el medio ambiente. Sin bien existe una responsabilidad colectiva e individual de todos los individuos de la sociedad este hecho oculta que hay algunos mas responsables que otros. Ante la pregunta ¿Quién es responsable de catástrofes como Chernobyl o Exxon Valdes? muchos estudiantes contestan – Nosotros. Aún considerando que ni siquiera  eran nacidos en la época.

¿Quienes son los responsables del cambio climático? ¿Donde se encuentran las cadenas productivas que generan mas gases de efecto invernadero?¿Que producciones son insostenibles ambientalmente? ¿De que manera se podrían distribuir equitativamente las consecuencias del cambio climático?
Las preguntas difícilmente se contestarían Copenhage, ya que el modelo productivo y las formas de consumo son un supuesto que no esta en cuestión. 
Se sigue entendiendo que el desarrollo va necesariamente acompañado de contaminación y  gases de efecto invernadero, se discute quien tiene derecho a contaminar y donde a través de la asignación de bonos de carbono que permiten compensar la contaminación (tema que sera analizado mas adelante).
La discusión se centro en quien tiene el derecho al espacio atmosférico (frase a la que deberemos acostumbrarnos de ahora en mas) propuesta por África y la deuda ecológica que también defendieron varios gobiernos latinoamericanos.
La cumbre cierra con un tratado no vinculante en que Estados Unidos y China  se ¿comprometen? a reducir las emisiones sin explicar como ni en que plazos. Bastante menos de lo que se esperaba.

DECLARACIÓN DE LA ALIANZA PANAFRICANA POR LA JUSTICIA CLIMÁTICA

 
«PACJA considera que el cambio climático es fundamentalmente un tema de justicia. Los 53 países africanos son responsables por menos del 4% de las emisiones mundiales y tienen más del 15% de la población mundial. Los países desarrollados han emitido casi tres cuartas partes de todas las emisiones históricas pero representan menos de un quinto de la población del planeta.
En función de sus emisiones excesivas, esta minoría rica se ha apropiado de la mayoría del espacio atmosférico de la Tierra, que pertenece de manera igualitaria a todos los habitantes y que debe ser justamente repartido. Por su contribución desproporcionada a las causas del cambio climático, al negarles a los países en desarrollo la cuota parte que justamente les corresponde de espacio atmosférico, los países desarrollados han contraído una «deuda de emisiones». 

Las propuestas de los países desarrollados en las negociaciones sobre el clima son inadecuadas, tanto en materia de mitigación como de adaptación. Pretenden transferirle los costos de mitigación y adaptación a otros, eludiendo su responsabilidad de financiar los esfuerzos de respuesta del África al cambio climático.
También pretenden que su deuda les sea condonada en lugar de reducir sus emisiones, y continuar con los altos niveles de emisiones per cápita que hoy tienen. Esto no hace más que aumentar su deuda y negar espacio atmosférico a los países en desarrollo como los nuestros, pretendiendo que acepten apiñarse en el pequeño y crecientemente constreñido espacio restante.» 

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