Uno de los grandes temas a nivel mundial en los últimos años se relaciona con la seguridad. En muchos países se reavivan los debates acerca del endurecimiento de las penas, el aumento del control policial, la tolerancia cero y en algunos casos la pena de muerte.
El caso norteamericano permite el análisis de los resultados de estas políticas. Según un informe del centro PEW 1 de cada 100 adultos que vive en los Estados Unidos esta tras las rejas.
disponible aquí solo en ingles http://www.pewcenteronthestates.org/uploadedFiles/8015PCTS_Prison08_FINAL_2-1-1_FORWEB.pdf
Los mapas muestran la cantidad de encarcelados por Estados, y de ejecutados dentro de Estados Unidos. Casualmente el área de concentración de ambos fenómenos es la misma. Paralelamente en el informe de P.E.W. se analiza el crecimiento del gasto en el aparato carcelario ante la caída sistemática del presupuesto de educación y salud. Un indicador claro de este proceso es que en los Estados de Florida, Georgia, Texas y Carolina del Norte el 15 % de la fuerza laboral dependiente del Estado se emplea en el sistema carcelario.
A este proceso se ha descripto como el paso del welfare state (Estado de bienestar) al warfare state (estado de guerra frente a los grupos menos favorecidos), o Workfare state (estado del trabajo, vinculado al precarización de los seguridad laboral). Los mas afectados son la minorías como se observa en el gráfico inferior que muestra la proporción de hombres presos disgregados por edad y grupo étnico.
Un hecho simbólico se produjo hace poco tiempo cuando un abogado de Harvard fue detenido por la policía de Chicago al intentar ingresar a su casa por ser considerado sospechoso.
Ver articulo de The Independent de Londres reproducido por pagina 12 http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-128813-2009-07-25.html
Más allá de lo curioso del caso; que incluyo un comentario de Obama del cual se tuvo que retractar públicamente, el hecho se enmarca en un contexto donde el 1 de cada 15 hombres de raza negra mayores de 18 años se encuentra procesado, en relación a 1 de cada 106 blancos en esta situación.Dentro de los latinos el porcentaje es de uno en 36.
La situación no es ajena a nuestro continente. Las detenciones basadas en el uso de perfiles sospechosos van en aumento. Hace pocos días en América Noticias de Argentina analizaba, de un modo bastante cuestionable, la relación entre el uso de gorras de vicera y la criminalidad (¿sera que limitan la sinapsis cerebral?). El segmento se puede observar aquí. http://www.youtube.com/watch?v=VA8XLBotFSE.