La leyenda de la Atlántida

La cantidad récord de lluvias que se registró en las horas previas al viernes 7 de febrero provocó la inundación de varias zonas de la Ciudad de la Costa y la Costa de Oro. Los daños fueron cuantiosos, pero hubo uno que concitó especialmente su atención por su impacto visual: la rambla de Atlántida colapsó y dejó un cráter de varios metros de diámetro.

El hecho ocurrido en los primeros días de febrero generó sorpresa en los vecinos del balneario. Sin embargo, en setiembre de 2013 el docente de Geografía Elbio Garrone anunció en el Congreso Nacional de Profesores de Geografía que la rambla de Atlántida se quebraría, exactamente en la zona en la que efectivamente sucedió.

En conversación con Montevideo Portal, Garrone explicó que su estudio, que incluyó fotografías de varios puntos de la costa uruguaya puntualmente problemáticos, apuntó a señalar «algunos aspectos que, si bien desde la perspectiva del humana pueden parecer avances, para la Geografía son un retroceso».

En efecto, según Garrone, la expansión urbana hacia la costa, especialmente en Montevideo, Canelones y Maldonado, incluyó acciones que «van en contra de la evolución natural de la costa» y que, a la larga, provocan incidentes como el de Atlántida o el derrumbe de varios tramos de rambla en La Floresta, en el año 2007.

Más allá de los registros pluviométricos, Garrone remarcó que la cantidad de lluvia caída «no es un evento nuevo». En contrapartida, remarcó que «lo que sí es inédito es que la costa se haya constituido como una zona de crecimiento urbano», explicando que zonas como la costa de Canelones «eran balnearios donde la gente pasaba la temporada y se convirtieron en ciudades de uso permanente».

El fenómeno trajo aparejado un mayor tránsito, el asfaltado de las calles, la ampliación y un mayor uso de los pozos negros. Garrone explicó que este tipo de fenómenos «provoca impermeabilización del suelo, disminución de la infiltración y aumento de la escorrentía», lo que aumenta las dificultades para drenar el agua. «Era lógico que pasara lo que pasó», sentenció el docente.

Para Garrone, la costa uruguaya adolece de una falta de planificación urbana que se remonta a principios del sigo XX. «Francisco Piria cometió un grave error», apuntó el experto, indicando que ya en aquella época se dividió el terreno «basándose en modelos de la costa europea que nada tenían que ver con nuestra costa¹«. Enfatizó que en Uruguay «no se está manejando bien el espacio costero» y que es inminente que se tomen medidas «antes de que se siga extendiendo» la urbanización.

Garrone reconoció que las obras de saneamiento, planificadas pero aún no concretadas en toda la costa de Canelones, contribuirán a solucionar el problema. Sin embargo, sostuvo que las obras «son complejas y van a llevar años» y recomendó que las autoridades se ocupen de una planificación de la ocupación de toda la costa uruguaya. «Lo que sucedió en Canelones nos tiene que servir como un alerta», afirmó, en ese sentido. Para el docente, la importancia de atender el tema es vital: «lo que pasó va a seguir pasando. Hay que frenarlo y no seguir detrás de intereses particulares»

Pero Garrone también piensa en la necesidad de un «cambio cultural», porque «todos los uruguayos tenemos eso de querer tener el agua cerca». Esa mentalidad genera, por ejemplo, que «todas las ciudades del país tienen un río o un arroyo que se desborda y provoca que haya que evacuar gente».